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3 Respuestas

  1. Souza Rey PAblo dice:

    muy bello poema-imagen, gracias Silvia.

  2. monica corrales dice:

    PARADOJAS Y PARADOJABLES
    Monica Corrales

    Como todos y todas quizás no tenemos a mano, todos los términos que se usan para describir, algunos hechos que se presentan ante un contexto de realidad. El término paradoja es un dicho o un hecho contrario a la lógica empleando expresiones que se vuelven contradictorias entre sí.
    Por ejemplo: lograr la paz con hechos de violencia, podría ser uno bueno.
    Estas paradojas aparecen como síntomas sociales, con ciertos dichos, frases, publicaciones en las redes sociales e informativas.
    Escuché decir a un personaje de nuestra derecha neoliberal, un “gorila”, que nos trató de pisotear en los últimos años: “Incluso en estos tiempos, seguir soñando es un hecho revolucionario”. Haciendo referencia a la posibilidad de lograr un Mayo francés, una revuelta universitaria que le cambió la vida a varias generaciones en el año 68. Dónde las consignas se cargaban de imprudencias, porque los jóvenes querían mejorar la calidad de vida de su comunidad.
    Y hoy estas consignas imprudentes de rebeldía son usadas por los CEOS, por ejemplo: piden que los niños vayan al colegio con más de 4000 casos de contagios y más de 500 muertos por día. Con la consigna “La escuela no se deja” y allí van más allá de la exigencia, que antes era revolucionaria por su búsqueda en los derechos humanos o que el capitalismo se reconvierta.
    Los conservadores han usado términos que nos pertenecían y aun nos deben pertenecer, por ejemplo, la palabra LIBERTAD, que la usan para sacarse las presiones que le pone la JUSTICIA SOCIAL. El término “la libertadora”, estos son síntomas que nos sirven para analizar el contexto: soñar un país sin los K o un sueño de exterminio invertido.
    Un ejemplo muy claro es el de la educación en este momento histórico, cuando comenzó a tomar protagonismo “la meritocracia”, donde el futuro NO es para todos, limitando en cantidades del acceso a la educación formal.
    Cuando hoy se trata de presencialidad o virtualidad; el jefe de Gobierno, aunque parece, no les habla a todos por igual.
    No es igual ir a un colegio privado con todas sus prebendas, que ir a la escuela pública de acá a la vuelta. Si lo pensamos, la virtualidad casi empareja las cosas, la diferencia que hacía la meritocracia, la iguala el zoom.
    Aunque se sabe y es clarísimo, que al no entregar las computadoras a docentes y alumnos de las escuelas públicas y al no darle conectividad, a muchos niños, niñas y adolescentes se les complica la asistencia, de una u otra manera.
    Paradojalmente, en épocas de Sarmiento y Roca se pensaba en que nadie quede afuera de la educación. Pero a su vez la explotación de los trabajadores hasta los tiempos de Perón era infame.
    Cuando Perón habla de la “hora de los pueblos”, una de las bases era que la tecnología llevaba felicidad incluida. Perón cambió la escena política al introducir a las masas de trabajadores como partícipes directas en las decisiones nacionales. La oligarquía y gran parte de la clase media argentina se sintieron agredidas por su activismo, sus movilizaciones partidarias y su retórica antiliberal. Ferviente nacionalista, aceptó para el Movimiento que dirigió el título de “Justicialista”, un adjetivo feliz. Este nombre se justificaba, porque en Argentina faltaba justicia social.
    Estas paradojas, aparecen, cuando usan nuestros sueños y consignas los neoliberales a su modo, ellos están creando un nuevo paradigma que sería “La hora de los CEOS”. Pero mayormente estas consignas terminan con hechos de violencia o represión, con la complicidad de una parte de la sociedad que sin analizar sus consecuencias van atrás de ellos, creyendo que los mismos que constantemente los denostan, les van a dar un lugar en su mesa.
    Ese “Tercer Mundo”, cuya idea Perón promovió, estaba y está sediento de libertad y de justicia. En La hora de los pueblos Perón, el conductor, el líder de masas, se dirige al pueblo argentino, su pueblo, al que le dice “la verdad”. Perón creía, en la Argentina criolla, usaba en sus discursos un lenguaje cargado de expresiones y giros costumbristas, como parte de la IDENTIDAD NACIONAL tan necesaria aún.
    Creo que como en varias oportunidades lo ha hecho Cristina y también lo sumo al Papa Francisco, quizás también Alberto, han abierto el blindaje con gestos de humanidad amorosa, con discursos humanistas, democráticos o si lo queremos socialdemócratas, diferenciándose de una derecha despiadada que ya no convoca tanto, pues llega a un grado revulsivo, lleva a sus seguidores hacia un abismo, pues sus fines son inconfesables. Solo son una fachada, sin nada atrás. Donde nosotros debemos poner humanismo y una amorosa inclusión para diferenciarnos. Creo que nuestra consigna debe seguir siendo “MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA” y así conformar un liderazgo para quienes aún, no están convencidos, ni bien informados como deberían.

  3. Mónica Hobert dice:

    Excelente tu aporte Mónica!. Gracias

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